Los adultos padecen insomnio con frecuencia, que puede manifestarse de diferentes maneras, ya sea con dificultad para conciliar el sueño o en las repetidas interrupciones de este.
El insomnio está causado, en muchos casos, por las preocupaciones, la tensión y la depresión, aunque también puede causarlo el dolor, un medio ambiente incómodo o desconocido, la necesidad de orinar con frecuencia y numerosas enfermedades y trastornos, como la disnea, el asma o una indigestión.
Existen muchas formas de combatir el insomnio, que consiste en facilitar la relajación antes de acostarse o en lograr un cansancio físico y las condiciones ambientales adecuadas para conseguir un sueño reparador y satisfactorio.
Cualquier dificultad para dormir que persista más de dos semanas debe ser consultada y comunicada con el médico, para procurar identificar y tratar las posibles causas subyacentes.
Existen situaciones de estrés y de tensión que requieren el uso de fármacos. pero es importante administrarlos durante un corto periodo de tiempo bajo prescripción médica y sin exceder las dosis indicadas.
¿Cómo evitar el insomnio?
- Reducir el consumo de té, café y alcohol.
- Evitar cenar tarde y en exceso.
- Beber un vaso de leche caliente antes de acostarse, con miel en vez de azúcar.
- Tomar un baño tonificante poca antes de acostarse.
- No pensar en el trabajo ni en los problemas al ir a dormir.
- Realizar ejercicios físicos durante el día, el sedentarismo es el peor hábito para inducir al sueño.
- Cuando una persona se encuentra inquieta y no puede dormir, le conviene levantase y leer, mirar la televisión o realizar cualquier actividad antes que quedarse en la cama.
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