Es ligero pero con capacidad de carga: nuestro esqueleto supone aproximadamente sólo una séptima parte de la totalidad del peso corporal pero soporta mucha más.
La masa ósea de un adulto no pesa más de 10 kilogramos; una vida de carga necesitaría de una proporción 4 veces mayor y aun así no sería resistente.
El material óseo se encuentra entre los más duros y resistentes de los tejidos corporales. Por eso, a diferencia del restos de estos materiales, tiene una particularidad especial, y es que es el único tejido capaz de regenerarse sin dejar huella. Todas las heridas cicatrizan gracias a la formación de un material estable que las recubre y que tiene escaso valor; por el contrario, una fractura ósea puede soldarse sin ningún tipo de cicatrización.
A pesar de su dureza, el movimiento de los huesos es muy dinámico. No solamente pueden crecer rápidamente sino que también se adaptan a las cargas a las que se les somete durante su crecimiento. Ante una actividad corporal intensa aumenta la masa ósea;cuando el movimiento es escaso,disminuye.
El reducido peso de los huesos se debe a que se constitución no es densa sino porosa,y esta recorrida por diminutos canales por los que fluye la sangre, así como por los vasos linfáticos y los nervios. El material orgánico de los huesos, producido por las células óseas, formando la mayor parte de esta masa orgánica las fibras de colágeno. Si se privara a los huesos de esta sustancia proteica se volverían frágiles como el cristal.
NOTA: Los vasos linfáticos forman una segunda vía de transporte de los líquidos corporales, por ellos discurre la linfa en una especie de circulación oculta, que procede de la sangre y retorna a ella. Constituye una reserva de defensa.
